LISBOA


Lisboa está divida en varios barrios claramente diferenciados. Para conocer la ciudad, es necesario dedicar un poco de tiempo a cada uno de ellos. Los barrios más importantes son la Baixa, El Chiado, El Barrio Alto, La Alfama y Belém. Barrios con un espiritu unico y mágico a la vez. Además de los barrios tradicionales, en Lisboa hay dos zonas más modernas, la Plaza del Marqués de Pombal y alrededores, y la zona del Parque de las Naciones, construida para la Expo de Lisboa en 1.998. la Baixa es el barrio más centrico de Lisboa y donde se encuentran la mayor parte de los comercios y entretenimientos. La plaza do Comercio y la Plaza de Rossio (oficialmente Plaza de Pedro IV), son sus lugares más emblemáticos, así como el Elevador de Santa Justa.
Desde Baixa, subiendo bien a pie, en tranvia o subiendo en el elevador de Santa Justa, llegamos al Barrio Alto, donde nos dejará enfrente de las ruinas del convento e iglesia do Carmo(del Carmen), la cual quedó muy destruida despues del terremoto de 1.755.
El Chiado, fue en su momento lugar muy frecuentado por intelectuales, hoy es una elegante zona comercial poblada de cafés, librerias y tiendas de moda. Se recuerda a Luis de Camoens. No se sabe con exactitud de dónde proviene el nombre de Chiado; hay quienes creen que se debió al chirriar (chiar) de las ruedas de los carruajes subiendo pesadamente la cuesta y otros sostienen que en realidad lo tomó del apodo del poeta Antonio Ribeiro 'O Chiado'. Como sea, una estatua homenajea al poeta en Largo do Chiado, sentado en un banco y con la mano levantada en actitud de relatar un cuento.
Alfama es el barrio más antiguo de Lisboa. En tiempos de los moros, este entramado de callejuelas constituía toda la ciudad, cubriendo la ladera en la colina dominada por el Castillo de San Jorge hasta alcanzar el Tajo. Aunque ya no quedan residencias de aquellos tiempos, la zona conserva el aspecto general de las medinas, con sus casas apiñadas y callejuelas sinuosas, escaleras que suben (o bajan) por todas partes y la ropa tendida al sol directamente en la calle. En Alfama se mezclan sencillas residencias de paredes descascaradas, tabernas, pequeños talleres de artesanos, un puñado de blancas iglesias y casas de fado. Se dice que el fado nació aquí, en Alfama, tal vez en el barrio de Mouraria, adonde se instalaron los moros que quedaron en la ciudad luego de la conquista, y que fueron sus melancólicos cantares los que le dieron origen. El Museo del Fado, inaugurado en 1998, está consagrado a la música lisboeta por excelencia. Imponentes edificios fueron declarados monumentos nacionales, como el Monasterio de San Vicente de Fora y la Iglesia de Santa Engracia, con su gran cúpula. La antiquísima Sé, catedral de Lisboa, también forma parte del patrimonio del barrio. Cerca se puede visitar la Iglesia de San Antonio, dedicada a este santo tan venerado en Lisboa. (Su fiesta el 13 de Junio). En materia de museos, Alfama cuenta con el Museo de Artes Decorativas, que alberga una magnífica colección de arte, y el Museu Militar, junto al Tajo y muy cerca de la gran estación Santa Apolonia, donde se expone una amplia colección relacionada con la historia militar de Portugal. En la Rua dos Bacalhoeiros, la Casa dos Bicos, con su curiosa fachada, es utilizada en la actualidad para exposiciones temporales y recuerda esplendores de otros tiempos. Recorrer las calles empinadas de Alfama es bastante agotador y la mejor opción para descansar es sentarse en algunos de los miradores. Sin duda que desde el Castillo las vistas son insuperables, pero se puede hacer una escala en el Mirador de Santa Lucía, junto a la Iglesia de Santa Lucía, donde hay un gran azulejo que muestra la Plaza de Comercio antes del terremoto de 1755. En el barrio obrero de Graça hay también un mirador, junto a un gran edificio que fuera en otros tiempos un monasterio agustino y la contigua Iglesia de Graça. En proximidades de Santa Engracia se desarrolla los martes y sábados la Feira da Ladra (mercado de los ladrones), un mercadillo donde puede encontrarse un poco de todo, y con un poco de suerte y siempre regateando los precios, pueden adquirirse algunos objetos artesanales interesantes.
Testigo de casi nueve siglos de historia de la ciudad, la Sé, catedral de Lisboa, sobrevivió a los terribles embates de los terremotos e incendios que asolaron varias veces la capital portuguesa. Fueron Afonso Henriquez y el cruzado inglés Gilbert de Hastings, primer obispo de Lisboa, quienes luego de conquistar la ciudad en manos de los moros decidieron su construcción, en el año 1150, sobre una antigua mezquita musulmana, según testimonian vestigios descubiertos en recientes excavaciones en el jardín del claustro. Llamada inicialmente Iglesia de Santa María la Mayor, tomó su caracter de catedral en 1393, bajo el reinado de Joao I, y se convirtió en todo un símbolo para la ciudad y un ejemplo de arquitectura religiosa medieval. El nombre de “Se” deriva de “Sedes Episcopalis”, mismo nombre que identificó a este barrio de la ciudad. Los restos más preciados de la Sé son los de San Vicente, que fueron traidos en 1173 desde el sur de Portugal. La leyenda cuenta que dos cuervos acompañaron todo el tiempo al barco que transportaba el ataúd, y por eso estos pájaros se incorporaron al escudo de Lisboa.
En Belém se encuentran algunos de los monumentos más importantes de Lisboa y su visita es imprescindible. Belém es el recuerdo vivo de las épocas de esplendor de Lisboa y el país. Desde su puerto partían las carabelas en busca de nuevas tierras. En la actualidad, Belém es una extensión de la ciudad, con calles amplias, parques, jardines y un hermoso paseo junto al río, en cuyos muelles atracan hoy veleros deportivos.
Cabe destacar el Monasterio de los Jerónimos, todo un simbolo de la Era de los Descubrimientos y del estilo manuelino. Es uno de los monumentos más relevantes de Portugal. A la derecha del monasterio se habilitó el Museo Nacional de Arqueología y el Museo Marítimo. Contrasta tambien, debido a su aspecto moderno El Centro Cultural Belém, un enorme edificio dedicado a la música, las artes escenicas y la fotografía.
En la cercana Plaza Afonso de Albuquerque, está el Palacio de Belém, actuamente residencia oficial del presidente portugués. En la misma plaza ocupando un ala del palacio nos encontraremos el Museo Nacional de Carruajes.
Antes de visitar la zona del rio, es de visita obligada para el visitante, la antigua confiteria de Belém, que fabrica desde 1.837 los famosos pasteles de Belém.
Ya en la orilla del rio, el monumento a los descubrimientos, que conmemora los 500 años de la muerte de Enrique El Navegante (1.960)
Más lejos nos encontramos la original Torre de Belém (en sus tiempos fue una fortaleza defensiva. Originalmente fue llamada Torre de San Vicente de Belém, en homenaje al santo patrono de Lisboa. De estilo manuelino. Se puede contemplar las estupendas vistas desde lo alto de la torre (previo pago), desde donde se puede ver todo el estuario del Tejo, así como el Cristo Rey y el Puente 25 de Abril.
El parque de las Naciones es la zona de Lisboa que se creó con motivo de la Expo 98. Zona moderna, viva y con muchos espacios abierto, cuenta con un Oceanario, jardines temáticos, centros de exposiciones, espectáculos y eventos. Se puede montar en teleférico y pasear por 5 kilómetros de ribera del Tajo. También hay un moderno centro comercial, el Vasco de Gama, con una surtida oferta de tiendas y restaurantes.
Otro de los lugares que no podemos dejar atrás es la Lisboa moderna, junto a la plaza del Marqués de Pombal, se encuentra la zona mas verde de la ciudad, el Parque de Eduardo VII. De principios del siglo XX, nació como una prolongación de la Avenida da Liberdade, nombre que en principio llevó este parque, pero adquiere su nombre actual en honor del rey Eduardo VII del Reino Unido, quien estuvo de visita en el año 1.903, para reafirmar la alianza entre los dos paises.
No podemos olvidarnos de dos obras de ingenieria, las cuales comunican Lisboa con Setubal, Montijo y Sacavém. El puente 25 de Abril construido en el año 1.966, y el puente Vasco de Gama construido en el año 1.998 (es el puente más largo de Europa con 17,2 km de largo, de los que 10 km. están sobre las aguas del Estuario del Rio Tajo y 30 metros de ancho).
Al otro lado del rio, nos encontraremos el Santuario del Cristo Rei, un colosal monumento de cien metros de altura, con un Cristo de brazos abiertos en lo alto, que se eleva en la costa frente a Lisboa. Es una copia del Cristo Redentor de Rio de Janeiro, tiene una altura de 28 metros y fue esculpida por Francisco Franco de Sousa, quien falleció en 1955 y no llegó a ver su obra erguida en lo alto. El enorme pedestal de 75 metros de altura está compuesto por cuatro pilares que representan los puntos cardinales. Dentro de los pilares se encuentra la Capilla Nossa Senhora da Paz. Ambos son obras del arquitecto Antonio Lino y la construcción demandó 7 años, de 1951 a 1958, debido a que fue solventada con donativos reunidos penosamente. El Cristo Rei es visitado por la mayoría de los turistas que llegan a Lisboa y esencialmente por miles de peregrinos. Un ascensor instalado en el interior desde su inauguración permite apreciar desde lo alto la magnífica vista de la ciudad, el puente 25 de Abril y el río.

1 comentario:

  1. Visita muy interesante de Lisboa. Muy ameno. Y lo del pajarito muy divertido. Te acompaña muy fielmente.

    ResponderEliminar